El mundo de las criptomonedas ha sido testigo de uno de los mayores fraudes en su historia. Karl Greenwood, uno de los cerebros detrás de OneCoin, ha sido sentenciado a dos décadas de encarcelamiento en Estados Unidos.
El 20 de septiembre, el Tribunal del Distrito Sur de Nueva York dictaminó que Karl Greenwood, cofundador de OneCoin junto a Ruja Ignatova, deberá pasar 20 años tras las rejas. Además, se le impuso la obligación de devolver los 300 millones de dólares que obtuvo en comisiones derivadas de la estafa piramidal de OneCoin. Mientras Greenwood enfrenta las consecuencias de sus acciones, Ruja Ignatova, la otra cofundadora, sigue eludiendo a las autoridades.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos no ha escatimado en palabras al describir la magnitud de la estafa. El fiscal estadounidense Damien Williams calificó a OneCoin como «uno de los mayores esquemas fraudulentos jamás concebidos». A través de un modelo de marketing multinivel y un esquema Ponzi, OneCoin logró amasar una impresionante suma de 4 mil millones de dólares, engañando a unos 3.5 millones de inversores.
A pesar de que OneCoin se promocionaba comparándose con Bitcoin, la realidad es que carecía de elementos fundamentales que caracterizan a una criptomoneda legítima. Según el Departamento de Justicia, OneCoin no contaba con «una verdadera cadena de bloques, es decir, una cadena de bloques pública y verificable». Además, no existía una operación de minería real y la cantidad de monedas en su cadena de bloques privada no coincidía con las que promocionaban y vendían.
Desde su arresto en 2018, Greenwood ha estado bajo custodia, tras ser extraditado desde Tailandia. A pesar de haberse declarado culpable de cargos de fraude y lavado de dinero en diciembre, la sentencia podría haber sido aún más severa, llegando hasta 60 años de prisión. Se estima que Greenwood acumuló más de 300 millones de dólares, beneficiándose de una comisión del 5% en todas las transacciones de OneCoin. Estos fondos fueron gastados en lujos y un estilo de vida opulento.
Mientras tanto, Ruja Ignatova permanece esquiva. Desaparecida desde octubre de 2017, ahora figura en la lista de los Diez Más Buscados del Buró Federal de Investigaciones. Sin embargo, la justicia sigue su curso, y otros involucrados en OneCoin están siendo procesados. Irina Dilkinska, quien fuera jefa legal y de cumplimiento de OneCoin, enfrenta cargos en Estados Unidos. Christopher Hamilton, asociado cercano de Ignatova, también estaba en proceso de extradición a Estados Unidos en 2022.
Este caso sirve como un recordatorio de la importancia de la diligencia y la precaución en el mundo de las criptomonedas, donde las oportunidades y los riesgos coexisten.