El mundo de las criptomonedas es conocido por su rapidez en la adopción de nuevas tecnologías y protocolos, pero también por su volatilidad y cambios rápidos. Uno de los protocolos que generó gran expectativa en el ecosistema de Bitcoin fue Runes, diseñado para potenciar las finanzas descentralizadas (DeFi) en la red. Sin embargo, tras un inicio prometedor, las transacciones de Runes han experimentado una caída del 84%. Planteando interrogantes sobre su futuro y el papel de DeFi en Bitcoin.
El protocolo Runes de Bitcoin se lanzó el 20 de abril, coincidiendo con el cuarto halving de Bitcoin. Este evento, que redujo a la mitad las recompensas de los mineros, generó un gran revuelo en la comunidad criptográfica y aumentó la atención sobre nuevas oportunidades y tecnologías en el ecosistema de Bitcoin. En este contexto, Runes emergió como un protocolo destinado a potenciar las finanzas descentralizadas en la red.
Desde el principio, Runes capturó la atención de los inversores y entusiastas de las criptomonedas. Durante los primeros días de su lanzamiento, las transacciones de Runes dominaron el tráfico de la cadena de bloques de Bitcoin. Representando más del 50% del total de transacciones en varios momentos. El 23 de abril, este porcentaje alcanzó su punto máximo con un impresionante 81.3%, lo que subrayó el entusiasmo inicial por el protocolo y sus posibles aplicaciones en el ecosistema DeFi de Bitcoin.
Sin embargo, la emoción inicial por el protocolo ha sido efímera. A medida que pasaron los días, las transacciones del protocolo comenzaron a disminuir drásticamente. Para el 2 de mayo, las transacciones de Runes se redujeron al 11.1% del total de transacciones de Bitcoin, marcando una disminución significativa desde su punto máximo. Esta tendencia a la baja continuó en las semanas siguientes, y para el 22 de mayo, las transacciones de Runes representaban solo el 12.7% del total, lo que marcó una caída del 84% desde su apogeo.
Esta disminución en las transacciones de Runes ha planteado interrogantes sobre su futuro y su viabilidad como parte del ecosistema DeFi de Bitcoin. Algunos expertos sugieren que la caída podría ser el resultado de una sobreestimación inicial del protocolo y una rápida pérdida de interés por parte de los inversores.