Las mayores estafas de criptomonedas
La estafa de OneCoin
Esta es, casi sin dudas, la estafa cripto más conocida de la historia. OneCoin era un esquema Ponzi lanzado como una criptomoneda por dos empresas con sede en Bulgaria, OneCoin Ltd y OneLife Network Ltd. Ambas fundadas por Ruja Ignatova y Sebastian Greendwood.
Lanzada en 2014, OneCoin era una cripto atípica. No estaba descentralizada, y estaba alojada en los servidores de OneCoin Ltd. Además, trabajaba sin blockchain y no podías comprar el token en los intercambios de cifrado.
Esta cripto llamo la atención y recursos de miles de inversores, persuadiendo a inversores de casi 200 países. Hasta que, algunos de esos países como Italia, Suecia o Alemania, emitieron órdenes de cese y desistimiento para OneCoin.
Viendo que se les caía el tinglado, Ignatova simplemente se esfumó de la faz de la Tierra, desapareciendo hasta la fecha desde 2017. Su hermano se hizo cargo de la empresa y fue arrestado. La empresa ganó alrededor de 4.000 millones de dólares.
BitConnect
Satish Kumbhani creó en 2016 BitConnect, una criptomoneda con sede en la India. En ella prometían obtener un alto rendimiento gracias a la tecnología proveniente de las cadenas de bloques.
La cripto prometía un rendimiento altísimo que, obviamente se demostró falso. En enero de 2018, BitConnect anunció su cierre, lo que condujo a su precio que anteriormente era de 500$ a 1$.
Además, gracias a la SEC de EEUU podemos saber que BitConnect, como empresa, nunca llegó a existir. Consiguieron robar a sus inversores más de 2.000 millones de dólares. Por supuesto, y al igual que Ignatova, Kumbhani también desapareció, sins aber hasta la fecha qué es de él.
QuadrigaCX
Gerald Cotten creó en el 2013 una empresa de intercambio de criptomonedas con base en Canadá. Y aunque en un principio era bastante modesta, no tardó en convertirse en la plataforma de intercambio más grande del país.
La empresa almacenó los fondos de los clientes en paper wallets y cuando en 2017 el mercado Bitcoin se tornó muy alcista, la plataforma intercambió unos 1200 millones de dólares canadienses en Bitcoin. Como consecuencia, las comisiones crecieron mucho, pero también de produjeron problemas en el flujo de caja. Esto fue así debido a que la plataforma dependía en exceso de procesadores de pagos externos.
Además, cuando en 2018 Bitcoin sufrió uno de sus más grandes colapsos, los inversores tuvieron que esperar meses para retirar sus fondos. Y cuando por fin pudieron hacerlo, el método para lograrlo era un tanto enrevesado. En lugar de en transferencias, emitieron un mensaje para que la entrega de los fondos fuera en Quebec, en un edificios. Por supuesto, cuando los inversores fueron, no había nada.
La gota que colmó el vaso, y que no está excenta de polémica fue la noticia de la muerte de Cotten. Supuestamente por complicaciones de la enfermedad de Crohn. Tras esto, se descubrió que 115.000 clientes debían recibir 190 millones de dólares, dinero almacenado en una billetera a la que solo podía acceder el fallecido.
Tras analizar las billeteras frías e investigar muchísimo, no se consiguió descubrir nada, por lo que la sospecha de que Cotten fingió su muerte, comenzaron a extenderse.