En un comunicado conjunto emitido el 14 de enero de 2025, los gobiernos de Estados Unidos, Japón y Corea del Sur expresaron su preocupación por el incremento de ciberataques relacionados con Corea del Norte en el ecosistema de criptomonedas. Según el informe, los hackers norcoreanos lograron robar activos digitales valorados en más de 1.340 millones de dólares en 2024, un aumento significativo respecto a los 660 millones sustraídos en 2023, según datos de Chainalysis.
Grupos como el notorio Lazarus Group han sido señalados como los principales responsables de los ataques más significativos. Entre estos se encuentran el robo de 600 millones de dólares de la red Ronin y el ataque al exchange WazirX, que resultó en pérdidas por 230 millones de dólares.
El comunicado conjunto enfatiza la amenaza que estos ataques representan para la estabilidad financiera global. Según los países involucrados, Corea del Norte utiliza los recursos obtenidos de estos robos para financiar sus programas de armas de destrucción masiva y misiles balísticos.
“Nuestros tres gobiernos trabajan juntos para prevenir los robos de la RPDC y recuperar los fondos robados, con el objetivo de negar ingresos ilícitos que respalden actividades ilegales”, señala el comunicado.
En este esfuerzo, los sectores público y privado han intensificado su colaboración para detectar y mitigar actividades cibernéticas maliciosas.
En 2024, los ataques perpetrados por hackers norcoreanos representaron 61% del valor total de las criptomonedas robadas en el año. Entre los incidentes reportados destacan:
El informe también sugiere que los hackers están mejorando sus tácticas, centrándose en ataques que generan ganancias superiores a los 50 millones de dólares, lo que refleja un enfoque hacia objetivos de mayor valor y vulnerabilidad.
Este incremento en la sofisticación de los ataques plantea retos importantes para los actores del espacio criptográfico. Las estrategias internacionales, combinadas con una mayor cooperación entre gobiernos y empresas privadas, serán esenciales para frenar la amenaza. A medida que los hackers continúan perfeccionando sus métodos, la industria enfrenta una presión creciente para fortalecer sus defensas y proteger sus activos.