Irina Dilkinska, la ex responsable jurídica de OneCoin, ha admitido su participación en el esquema de fraude y lavado de dinero asociado con la criptomoneda OneCoin, que estafó a inversores por un valor de 4,000 millones de dólares. Esta admisión se produjo en un tribunal federal de Manhattan, marcando un punto crucial en el caso de OneCoin.
Dilkinska, de 42 años, se enfrenta a graves acusaciones, incluyendo fraude electrónico y conspiración para lavar dinero. Cada uno de estos cargos conlleva una pena máxima de cinco años de prisión. Su declaración de culpabilidad refleja la gravedad de su implicación en el esquema, desempeñando un papel clave en el lavado de dinero, incluyendo la transferencia de 110 millones de dólares a una entidad en las Islas Caimán.
La sentencia de Dilkinska está programada para febrero de 2024, donde podría enfrentar hasta 10 años de prisión por su participación en el esquema de OneCoin. Esta sentencia será un momento decisivo, no solo para Dilkinska sino también para el caso OneCoin en su conjunto.
OneCoin, fundado en 2014 por Ruja Ignatova y Karl Sebastian Greenwood, fue expuesto como un esquema fraudulento en 2015. A pesar de esto, logró generar ingresos de más de 4,300 millones de dólares. Greenwood ya ha sido condenado a 20 años de prisión y ordenado a pagar 300 millones de dólares en restitución. Sin embargo, Ignatova sigue prófuga desde octubre de 2017, desapareciendo poco después de que se emitiera una orden de arresto federal en su contra.
El caso de OneCoin y la admisión de culpabilidad de Dilkinska resaltan los riesgos y la necesidad de una mayor diligencia en el mundo de las criptomonedas. Este caso no solo ha afectado a los inversores defraudados, sino que también ha puesto de manifiesto la importancia de la regulación y la supervisión en el sector de las criptomonedas para prevenir fraudes y proteger a los inversores.