El Salvador se convirtió el pasado mes de septiembre en el primer país del mundo en adoptar Bitcoin como moneda de curso legal. Tras unos meses de desplome de la criptomoneda, y tras haber comprado millones de la misma, la situación se ha complicado para el país centroamericano.
El presidente Bukiele gastó 104,2 millones de dólares en Bitcoin. En su momento un bitcoin costaba unos 57.000 dólares, pero actualmente su precio ha caído en picado hasta menos de 27.000. Es decir, lo que antes fueron 104,2 millones ahora mismo vale menos de 70.
Nayib Bukele ha visto reducida su fortuna de Bitcoins en más de un tercio del valor de sus participaciones. Como mencionamos antes gastó unos 104,2 millones de dólares en 2.301 criptodivisas, y por arte de magia (o del mercado mejor dicho) ahora valen menos de 70 millones. La consecuencia directa de esto es que peligra y mucho el pago de la deuda del país, arriesgando la prosperidad económica de millones de personas.
A finales de diciembre, su deuda se situaba en 24.400 millones de dólares. De los cuales tiene que pagar 329 millones de dólares en intereses de sus bonos internacionales este año. Y otros 800 millones de dólares en un bono que vence en enero de 2023. La caída de más del 50% del precio del bitcoin desde sus máximos históricos se ha llevado consigo el 40% de la cotización de los bonos salvadoreños.
Bukele quería lanzar la primera emisión de bonos respaldados por Bitcoin buscando recaudar al menos 1.000 millones de dólares. De esta forma se librarían de recurrir a los grandes prestadores de dinero para saldar su enorme deuda. Y aunque esto era su plan inicial, la caída de Bitcoin ha ido retrasando la emisión, ya que el gobierno esperaba a que volviera a subir.
Esto no ha sido así, por lo que ahora tienen que pensar en planes alternativos. Su relación con el FMI se ha tensionado, y se le ha recomendado que abandone esa apuesta por la cripto más famosa del mercado. Sobre todo por las desastrozas consecuencias que puede acarrear para la integridad y estabilidad tanto del país, como de sus ciudadanos.
«Si El Salvador se ve obligado a aplicar un programa estricto por parte del FMI, tendrá que abordar los riesgos asociados con la adopción de la criptomoneda. Además de los relacionados con la gobernanza económica», comentó un representante de FMI a Reuters.
Al riesgo asociado al bitcoin se suma el efecto que han tenido las medidas de Bukele para centralizar el poder. Desde la destitución de todos los altos jueces del tribunal supremo hasta la autorización para buscar la reelección inmediata a pesar de los límites constitucionales del mandato.
El Salvador se enfrenta ahora a varias disyuntivas con múltiples consecuencias y soluciones. Si el precio del bitcoin no remonta y no se lleva a cabo la emisión de los bonos respaldados por bitcoin tiene la opción de recurrir al Banco Centroamericano de Integración Económica y al Banco de Desarrollo de América Latina.
Por otro lado podrían nacionalizar el fondo de pensiones del país para cubrir el déficit fiscal, mediante la transferencia de los ahorros públicos a una cuenta del gobierno.
Pero si por lo contrario, continúa con su plan, una reestructuración de la deuda de El Salvador sería inevitable. Según Polina Kurdyavko, directora de mercados emergentes de BlueBay Asset Management. «La deuda del país podría ser sostenible con el programa del FMI adecuado. Pero tienen que actuar ahora».
En un principio, los bonos salvadoreños se negocian entre 0,34 y 0,43 dólares. Excepto el que vence en enero, que está a 0,75 dólares.
El Salvador y su presidente se tienen que andar con cuidado, el futuro de su país está en juego, y sus decisiones a partir de ahora pueden significar la ruina.