El sistema de pagos ruso, conocido como MIR, ha comenzado a operar en Venezuela, y en la capital, Caracas, ya se están realizando pruebas para su implementación. Esta integración permitirá agilizar las transacciones de importación y exportación en bolívares y rublos.
El sistema de pagos ruso MIR inicia operaciones en Venezuela
El presidente de la República, Nicolás Maduro, resaltó la importancia de la integración del sistema MIR en Venezuela, destacando que facilitará una comunicación fluida en las transacciones comerciales. Esto representa un paso significativo para fortalecer los lazos económicos entre Rusia y Venezuela.
El director del Departamento Latinoamericano del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, Alexánder Schetinin, informó que los aspectos técnicos del sistema MIR también se están resolviendo con varios países de la región. Esto indica que el sistema de pagos ruso podría expandirse hacia otros países latinoamericanos en el futuro cercano.
¿Qué es el sistema MIR?
El MIR, que en español significa «mundo», es un sistema de pagos ruso que permite realizar transacciones con tarjetas bancarias en muchos países del mundo, especialmente en aquellos más cercanos a Rusia. Es una alternativa a los sistemas de pagos occidentales y busca expandir su uso en países que buscan mantener su soberanía frente a presiones internacionales.
Resguardo del sistema económico ruso
Desde Rusia, se asegura que los sistemas de pago con tarjetas son utilizados por Occidente para ejercer presión en el ámbito económico. Por tanto, el MIR se ha convertido en una medida adoptada por el gobierno ruso para proteger su sistema económico en el actual escenario económico mundial.
La llegada del sistema de pagos ruso MIR a Venezuela representa una oportunidad para fortalecer las relaciones comerciales entre ambos países y facilitar el intercambio de bienes y servicios. Además, abre la posibilidad de que otros países de la región también se beneficien de esta alternativa a los sistemas de pagos occidentales. Para Rusia, el MIR representa una herramienta importante para preservar su soberanía económica y resistir la presión internacional ejercida a través de los sistemas de pago convencionales